lunes, 13 de agosto de 2012

Regalo

Esta es la historia de un regalo que se iba a hacer por un cumpleaños, y ese regalo pretendía ser, de algún modo, especial. Y pensaba, pensaba y no paraba de pensar en que podía convertirse, como podría presentarse para conseguir el efecto deseado. Y de este modo, poco a poco y por partes inició el análisis; y decidió que lo mejor sería empezar por lo más sencillo.


“La presentación, eso era lo más fácil, podríamos recurrir a lo clásico, un papel vistoso para envolverme, y una de esas flores que se pegan y sirven para... un momento, ¿qué tiene de original lo clásico? Mejor descartamos el papel y la flor y las pegatinas de “¡¡¡Felicidades!!!”. Y en ese momento, me fijé en una pequeña cajita de madera. No sabía de dónde había salido, ni cuánto tiempo llevaba allí, no sabía siquiera que había en su interior, así que decidí echar un vistazo. Dos almohadillas, una bolsita con botones de esos metálicos de tachuela y unos tornillos; que en ese preciso momento se habían quedado sin hogar y tendrían que buscar otro sitio en el que quedarse. Bueno, ya tenemos una parte, este era sin duda un pequeño paso un regalo, pero un gran paso para la originalidad.

Ahora venía lo más complicado, el contenido de la cajita, es decir, la esencia en sí de aquello en lo que me transformaría. Pensé en qué quería ser, cuales tendrían que ser mis características... Veamos, para empezar, debería caber dentro de la caja, por lo tanto el tamaño tendrá que ser reducido, bueno, eso será coser y cantar. En cuanto a cualidades; destacaré por la sencillez, pero al mismo tiempo tendré que evocar sentimientos de sorpresa y alegría, y también me gustaría convertirme en un grato recuerdo que perdurase para toda la vida y que no se pierda nunca. Venga, piensa regalo, piensa. No te des por vencido. Tengo una idea, empezaremos a descartar algunas cosas. Por ejemplo, evitaré ser cualquier cosa material, por un motivo muy claro, podría perderme y sería olvidado; y eso no me gustaría; además es mucho más impersonal. Creo que voy a descansar un rato, lo consultaré con la almohada a ver si se me ocurre algo en sueños.”

Y de esta forma, el regalo se fue a dormir, y mientras dormía soñó y de los sueños en ocasiones surgen grandes ideas. Y al día siguiente volvió a su trabajo, a su empeño por llegar a ser un gran regalo, algo original y sencillo, algo que difícilmente hubiesen regalado antes a esa persona, un regalo simplemente inolvidable, aunque suene demasiado pretencioso.

“Sí, creo que ya lo tengo, un buen regalo es aquel al que puedes recurrir cuando te hace falta. Eso es lo que me gustaría ser, me gustaría que cuando abras esta caja siempre encuentres aquello que estas buscando. Y por ello he decidido que seré un relato, este relato, de mi búsqueda de la perfección como regalo y lo que he descubierto, aquí va, espero que en algún momento te sirvan las palabras que voy a escribir, porque son tu regalo de cumpleaños.”

“Hay muchos momentos en los que uno se encuentra en situaciones difíciles, solo, abatido, superado o triste; y para ello deberían existir regalos así, para recordarnos que dentro de una cajita puedes buscar y encontrar ayuda, puedes 
leer cosas como esta y mirar en tu interior para sacar fuerzas, puedes leer cosas como esta y que te recuerden que tienes a mucha gente a tu alrededor dispuesta a arrimar el hombro, puedes leer cosas como estas y recordar que hay seres que cambian sonrisas por flores de papel. También puede pasar que seas feliz y que mires en el interior de la cajita simplemente porque te apetece, eso sería realmente genial.

Finalmente, quiero decirte que sigas siendo como eres y que pase lo que pase intentes siempre mantener en tu rostro una sonrisa, y espero que eso no lo cambie nadie ni nada en el mundo, porque no sería justo, igual que no lo sería privar a la noche de la luna, o al cielo de las nubes, o a la primavera de las flores. Y como despedida te diré, que he tenido suerte de haberte conocido”





Ya puedes plegarme, guardarme y cerrar la cajita.

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