Misterios que el
sol esclarece
y de la realidad
se ocultan.
Dramas, que el
gris engrandece,
que por las calles
caminan,
que en susurros,
me persiguen
al doblar la
esquina.
Donde está la luz,
hay sombras;
y mientras amanece
en la oscuridad
esperan tranquilas,
el cantar del gallo
en la oscuridad
esperan tranquilas,
el brillo del alba
en la oscuridad
esperan tranquilas,
aguardando el día.
Sombras, temidas
desconocidas,
buscadas a veces
en soledad
para escapar a
escondidas
de nuestra cruel
realidad.
Así pues, amar las
sombras
es tener miedo a
la vida.
Simplemente, las
sombras, ahí están
y cuando amanece
por las calles se
pasearán,
al cantar el gallo
a nuestras
espaldas danzarán,
al brillar el alba
con los colores y
las formas jugarán,
y de noche,
marcharán.